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Nosotros

  I Ayer desperté dos peldaños por debajo de ti, Así, sin darme cuenta. Tú sonreíste con la ternura de quien mira a un desvalido Y yo te miré como la perfección absoluta.   II Quizá ocurrió aquella tarde que decidí no tomar tu mano O cuando elegí no comprar el café que te gusta, Tal vez pasó cuando me dormí antes de que llegaras O cuando decidí sólo guardar silencio.   III Reposas a mi lado, cuerpo vacío ¿En qué momento saliste por la puerta? ¿Te ayudé a partir? ¿Hace cuánto te fuiste?   IV No es que vaya a morir sin ti Es sólo que extraño lo cotidiano, Porque no es que me duela el abandono, Es sólo la incomodidad del espacio vacío, del hueco que dejaste entre mí y todas las cosas. Nancy Cruz Fuentes Esta obra está protegida por derechos de autor. Coryright © 2023. Todos los derechos reservado  

Caída

  De pie al borde del vacío, tiemblo ¿salto o permanezco? ¿salto o permanezco? Mi mente se fragmenta en un estruendo insonoro. Hace frío, aquí siempre hace frío. Soy esa que cae, Sonrisa de caída constante ¿cómo nombrar a lo desconocido? ¿sigo viva? Giro, giro, giro Vértigo inagotable.   Mi voz me ha abandonado.   Nancy Cruz Fuentes Esta obra está protegida por derechos de autor. Coryright © 2023. Todos los derechos reservado

Instante

Trémula me dibujo en tu piel, tu cuerpo me delinea, tu nombre entre mis muslos se hunde despacio, palpitas, tus palabras se deslizan húmedas entre mis senos. Tibias, tu manos, me recorren, sobre mi espalda, tu lengua escribe, Tu silencio se enreda en mi cabello, mi calor te abrasa, te rodea, sales, regresas contundente, entras con fuerza, respiras, respiras, contienes, aprietas, un instante  que se extiende eterno, silente, te rompes en un temblor largo, profundo. Somos uno. Nancy Cruz Fuentes Esta obra está protegida por derechos de autor. Coryright © 2019. Todos los derechos reservado

Sin salida

Una mañana despiertas y la locura en tus pupilas se refleja sonriente en el espejo, ahí está, triunfante. La miras asustada, quieres huir. Tus piernas temblorosas titubean, frotas tus ojos, no es real, no debe ser real. Abres la llave, el agua corre entre tus dedos, el frío te calma, cuentas en voz baja: unos, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, se acaban las cosas para enumerar, número impar, te inquieta, miras aliviada los azulejos; comienzas, primero los de un lado: doce, ahora los del otro: siete, multiplicas, ochenta y cuatro, respiras profundo, levantas con temor la mirada, sabes que no ha dejado de observarte, su risa burlona lo confirma, te mojas la cara, la lavas con fuerza, intentas borrar todo rastro de ella, te cuesta respirar, el corazón te brinca en el pecho incontrolable. Rojo-amarillo-verde. Rojo-amarillo-verde, Rojo-amarillo-verde, repites incansable. Rojo-amarillo-verde, aspiras profundo, retienes, exhalas, rojo-amarillo-verde, aspiras otra vez, el aire no te bas...

Si te decides a quererme...

Si te decides a quererme que sea sin apariencias, sin omisiones, porque yo me mostraré entera, transparente, con fantasmas y cicatrices, sin máscaras ni coraza, rota, frágil, honesta y decidida. ¡Radiante! No me quieras por partes, quiéreme así, completa, ama cada uno de mis colores, de mis silencios, ama mis manos,  mis labios, mis piernas, mis ojos. Ama mi voz y mis palabras. Si te decides a quererme, quiéreme con franqueza, porque de ese modo te querré yo. Nancy Cruz Fuentes Esta obra está protegida por derechos de autor. Coryright © 2018. Todos los derechos reservado

Recuerdos

Te tengo atorado en un recuerdo, en uno pequeño y doloroso, uno que tengo enterrado en un costado del corazón, a veces se hace grande y ocupa tanto espacio que mis pulmones apenas pueden llenarse, me falta el aire y pierdo fuerza, el mundo desaparece en medio de un zumbido agudísimo, estridente,  entonces digo tu nombre, y tu nombre me salva, el recuerdo se hace pequeño, logro tomar una bocanada de aire y me detesto por pensar en ti, me desprecio por conservar ese pequeño espacio donde habitas silencioso, sin saberlo, porque sólo yo te guardo porque sólo yo te pienso, porque sigo fiel a promesas, sigo guardando “para siempres” que me sujetan, que aprietan tan fuerte mi pecho y lo someten. Se agota mi fuerza, sucumbo,  me quedo callada, porque el silencio es mi escapatoria, porque en el silencio te evado, me envuelvo y te olvido hasta que creces implacable, y lo destruyes todo. Nancy Cruz Fuentes Esta obra...

La verdad es que no sé jugar a medias...

La verdad es que no sé jugar a medias, no sé entregarme en partes, no sé andar con cautela. Por eso mis paredes son altas, robustas e infranqueables. Sin embargo,  a veces claudico, a veces bajo la guardia, a veces una mirada como la tuya logra que abra la puerta y extienda los brazos, logra que los obstáculos desaparezcan,  me quito la coraza, me muestro desnuda, me acerco sincera, porque no hay otro modo de hacerlo más que cerrando lo ojos y lanzándose al vacío, a lo otro. Entonces mi corazón palpita y mis manos tiemblan, mi voz sonriente, habla, mi cuerpo dispuesto, brilla. Pero siempre el miedo llega, el silencio llega, el olvido llega, las manos se sueltan, la soledad se dibuja y se cierra la puerta. Mis piernas se doblan sin fuerza, el dolor me ahoga punzante,  los muros se yerguen más altos. y ahí estoy, otra vez recogiendo pedazos, pegándolos con cinta, abrazando a mi corazón,...