Sin salida
Una mañana despiertas y la locura en tus pupilas se refleja sonriente en el espejo, ahí está, triunfante. La miras asustada, quieres huir. Tus piernas temblorosas titubean, frotas tus ojos, no es real, no debe ser real. Abres la llave, el agua corre entre tus dedos, el frío te calma, cuentas en voz baja: unos, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, se acaban las cosas para enumerar, número impar, te inquieta, miras aliviada los azulejos; comienzas, primero los de un lado: doce, ahora los del otro: siete, multiplicas, ochenta y cuatro, respiras profundo, levantas con temor la mirada, sabes que no ha dejado de observarte, su risa burlona lo confirma, te mojas la cara, la lavas con fuerza, intentas borrar todo rastro de ella, te cuesta respirar, el corazón te brinca en el pecho incontrolable. Rojo-amarillo-verde. Rojo-amarillo-verde, Rojo-amarillo-verde, repites incansable. Rojo-amarillo-verde, aspiras profundo, retienes, exhalas, rojo-amarillo-verde, aspiras otra vez, el aire no te bas...