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Mostrando entradas de 2018

Si te decides a quererme...

Si te decides a quererme que sea sin apariencias, sin omisiones, porque yo me mostraré entera, transparente, con fantasmas y cicatrices, sin máscaras ni coraza, rota, frágil, honesta y decidida. ¡Radiante! No me quieras por partes, quiéreme así, completa, ama cada uno de mis colores, de mis silencios, ama mis manos,  mis labios, mis piernas, mis ojos. Ama mi voz y mis palabras. Si te decides a quererme, quiéreme con franqueza, porque de ese modo te querré yo. Nancy Cruz Fuentes Esta obra está protegida por derechos de autor. Coryright © 2018. Todos los derechos reservado

Recuerdos

Te tengo atorado en un recuerdo, en uno pequeño y doloroso, uno que tengo enterrado en un costado del corazón, a veces se hace grande y ocupa tanto espacio que mis pulmones apenas pueden llenarse, me falta el aire y pierdo fuerza, el mundo desaparece en medio de un zumbido agudísimo, estridente,  entonces digo tu nombre, y tu nombre me salva, el recuerdo se hace pequeño, logro tomar una bocanada de aire y me detesto por pensar en ti, me desprecio por conservar ese pequeño espacio donde habitas silencioso, sin saberlo, porque sólo yo te guardo porque sólo yo te pienso, porque sigo fiel a promesas, sigo guardando “para siempres” que me sujetan, que aprietan tan fuerte mi pecho y lo someten. Se agota mi fuerza, sucumbo,  me quedo callada, porque el silencio es mi escapatoria, porque en el silencio te evado, me envuelvo y te olvido hasta que creces implacable, y lo destruyes todo. Nancy Cruz Fuentes Esta obra...

La verdad es que no sé jugar a medias...

La verdad es que no sé jugar a medias, no sé entregarme en partes, no sé andar con cautela. Por eso mis paredes son altas, robustas e infranqueables. Sin embargo,  a veces claudico, a veces bajo la guardia, a veces una mirada como la tuya logra que abra la puerta y extienda los brazos, logra que los obstáculos desaparezcan,  me quito la coraza, me muestro desnuda, me acerco sincera, porque no hay otro modo de hacerlo más que cerrando lo ojos y lanzándose al vacío, a lo otro. Entonces mi corazón palpita y mis manos tiemblan, mi voz sonriente, habla, mi cuerpo dispuesto, brilla. Pero siempre el miedo llega, el silencio llega, el olvido llega, las manos se sueltan, la soledad se dibuja y se cierra la puerta. Mis piernas se doblan sin fuerza, el dolor me ahoga punzante,  los muros se yerguen más altos. y ahí estoy, otra vez recogiendo pedazos, pegándolos con cinta, abrazando a mi corazón,...

Mandarinas

Si se trata de mandarinas, habrá que reconocer que pocos son expertos, cualquiera puede  masticarla y engullirla sin mayor gracia; pero no cualquiera sabrá cómo desnudarla, y mucho menos, sabrá cómo hacerle el amor. No se trata de sólo quitarle la cáscara, sino de saborearla aun antes de haberla probado, de recorrer su piel tersa y brillante, de desearla, de sentir en los labios la necesidad de tenerla, de llenarse la lengua con su sabor y sentir como se escurre su jugo entre los dedos.  Habrá que desvestirla despacio, sin ningún apuro, la antesala al placer será siempre lo más placentero. Poco a poco despojarla de la piel que la cubre, olerla, sí, oíste bien, llevar tu nariz hacia ella y descubrir su aroma, aspirar profundamente y darte cuenta que cada mandarina tiene un aroma particular, dulce y pegajoso. Su carne suave quedará entre tus manos, vulnerable y dispuesta, expectante. Será tu decisión si te apresuras o la disfrutas de a poco. Habrá veces que tu ímpetu te obl...

Calaverita I

Para Jaime Emilio Emilio jugando estaba, Mario Paper en su casa, cuando un viento frío, le hizo mirar la ventana. La cortina se movía y la ventana fue a cerrar, al darse la vuelta a la parca pudo mirar. “Vengo por ti, niñito, no te puedes resistir aunque corras y te escondas conmigo vas a venir” Emilio rió bromista y a la muerte ignoró, se acercó a su consola y el Mario Kart colocó. “Te reto a una carrera, Catrina aburrida, si quieres que me vaya contigo tienes que ganar la partida” La muerte confiada, el reto aceptó, sin saber que Emilio, siempre era campeón. La carrera empezó y Emilio en primer lugar, platanitos y caparazones no dejaba de lanzar. En último lugar, la flaca quedó, Emilio ganador de ella se rió. “Ya verás, niñito, por ti regresaré, en uno o dos años por fin te llevaré” Emilio sin titubear se apresuró a contestar: “Aquí te espero, Catrina tontita, nunca me ganarás, y yo hast...

Calaverita a Mili

Para mi gatita Mili Mili estaba jugando cuando la calavera salió volando Mili se asustó y al suelo cayó cuando la calavera llegó, Mili de un salto la golpeó La calavera huyó y Mili pensó ¿por qué se asustó? si sólo fui yo Mientras la calavera recupera el aliento Mili al panteón llegó la calavera se escondió y una nota dejó. Mili la leía mientras comía y decía: adiós muerte fría. Jaime Emilio Cruz Cruz Esta obra está protegida por derechos de autor. Coryright © 2018. Todos los derechos reservado

Ella

Todo empezó aquella mañana mientras parada frente al espejo, notó una pequeña nubecilla flotando tras de sí a la altura de su hombro derecho, no era grande, apenas del tamaño de una bolita de algodón, si ella caminaba, la nubecilla flotaba siempre a la misma distancia y altura, le resultó curioso. Ella no tiene muchos amigos, su forma de ser ahuyenta a la gente, a veces pasa largas temporadas triste y poco a poco todos a su alrededor desaparecen, a nadie le gusta la tristeza, es como una enfermedad que se teme contagiosa, es mejor retirarse. Ella los incomodaba porque los impele a confrontar sus propios miedos, a mirar en ella aquello que no quieren mirar de sí mismos. Es un espejo para la miseria. Está acostumbrada a estar sola, no le encanta, pero lo sabe sobrellevar. Siempre tiene necesidad de hablar, nadie tiene tiempo para escucharla. A ella no le importa demasiado, lo soluciona sencillo, habla consigo misma, siempre en voz alta, ríe de sus ocurrencias, se cuestiona, se repre...

No se trata de ti o de nosotros

No se trata de ti o de nosotros se trata del silencio que quedó entre tu cuerpo y mi cama entre las almohadas entre las sábanas entre los recuerdos de ti. Te busco entre mis piernas en mi piel, entre mis brazos en mis labios vacíos. Te busco en sus cuerpos desnudos en sus penes palpitantes, te busco entre arrebatos, entre pasiones irresolutas. Te busco porque no quiero encontrarte porque no se trata de ti o de nosotros sino de la ausencia del vacío, de la nada que se presenta avasallante y me doblega y me vuelve su esclava. porque al final, no fuiste tú quien se fue, sólo fui yo quien se perdió. Nancy Cruz Fuentes Esta obra está protegida por derechos de autor. Coryright © 2018. Todos los derechos reservados

Toc Toc

toc toc, abre la puerta toc toc, abre la puerta toc toc, abre la puerta Estoy esperando, no tengas miedo, voy a entrar, lo sabes. ¿lobo, estás ahí? Camino hacia tu cama, estoy cerca. ¿lobo, estás ahí? Me estoy quitando la ropa, no cierres los ojos. ¿lobo, estás ahí? Te estoy tocando las piernas, mi lengua te quema las entrañas ¿lobo, estás ahí? Estoy dentro de ti, y dentro, y fuera y dentro, y fuera ¿lobo, estoy aquí? Niña tonta, no puedes huir. ¿Lobo, en dónde estás? ¿Lobo, en dónde estoy? Lobo, regresa Lobo, ¡no te vayas! Lobo, ¡sálvame! Lobo... no me dejes sola… ¿Lobo, estás ahí? La puerta siempre está abierta. Nancy Cruz Fuentes Esta obra está protegida por derechos de autor. Coryright © 2018. Todos los derechos reservados

y sobrevivir... fue olvidarte

Sería mentira decir que no te extraño, que mi cuerpo no busca el tuyo cuando en las noches la lluvia me invade; pero hay algo cierto, que de algún modo, ayer dejé de pensar en ti. Te fuiste con el último suspiro, tu almohada ya no espera anhelante, la casa que nunca fue tuya se limpia de a poco de lo que dejaste detrás.   No es que no haya recuerdos es que nos fuimos yendo lento, a hurtadillas, sin que nos diéramos cuenta. Nos volvimos vacío, nos convertimos en silencio, desapareció el nosotros y dejamos de existir. Aquella noche cuando cerraste la puerta se cerraron mis ojos, se rompieron los vidrios, se derrumbaron las paredes, los escombros lloraron incansables, los gatos dejaron de maullar, el niño no dijo nada y a mi el tiempo se me detuvo. Tu ausencia me envolvió durante largos días, durante incontenibles noches, recogió los cristales de mis ojos, me tendió la mano de un extraño que me tomó tembloroso y ...

Daniela o del arrepentimiento...

Si hubiese sabido que renegaría de tu nombre, de haberte conocido, de haber besado tu sombra y el resquicio de tus labios, me habría negado a nombrarte. Te hubiese amado en el anonimato, en la ausencia de rostro en la carencia de manos de instantes de recuerdos. Te habría amado en el olvido en la falta de voz, sin palabras. Pero tengo tu nombre en cada letra cada vocal suena a tu nombre cada nombre suena a ti cada mujer es un poco tú, porque no eres única, eres tan común como la D o la N o la I o la A o cualquier letra que me falte para nombrarte. y maldigo tu nombre y tu tiempo y maldigo tus noches y mis noches y te odio en cada recuerdo y te amo y me dueles y te pienso y me lastimas y te lloro y te niego y vuelvo a negarte y te miro en sus ojos y te toco en sus manos y te hago el amor mientras la penetro y ella no me ama ni yo a ella pero ¿qué importa? todas son un poco tú... y tú tampoco me amabas. Si hu...

Vivimos algo juntos

Vivimos algo juntos Así nos describiste, así dejaste caer siete años en el abismo de la trivialidad, de las frases hechas, de los lugares comunes, porque quizá sólo fuimos cualquier “hola ¿cómo estás?” que le dices a un extraño esperando que nunca conteste, o quizá fuimos la sonrisa vacía  previa a responder sin pensarlo “bien” Vivimos algo juntos Es cierto vivimos largas tardes de manos tomadas, de besos susurrantes, de cuerpos desnudos y gemidos inagotables. vivimos brillantes envueltos en risas y jugueteos perpetuos canciones, secretos y complicidades. Vivimos ser uno, vivimos ser plenos vivimos llantos, rencores, soledad vivimos la muerte de un hijo, vivimos estorbarnos, vivimos hastío vivimos el olvido del otro vivimos enojo. ¡Vivimos, Amor, vivimos! vivimos algo juntos... y no se terminó el día que te pedí que te fueras o el siguiente, en donde decidiste alejarte. No, ese algo que vivimos juntos se quedó detenido en sil...