Mamihlapinatapai
Instrucciones: Lee despacio mientras escuchas esta canción https://youtu.be/cEjYmO5-dLk
Mamihlapinatapai...
Tus ojos me miran inquietos, mueves las manos a tus piernas y de regreso a la mesa, abres tu bolsa, buscas algo que nunca encuentras, sonríes, me miras impaciente, yo permanezco con ésta sonrisa tonta que tengo cuando estás frente a mí, las palabras se me atoran en la lengua, apenas consigo preguntarte si quieres algo de beber, asientes y llamo al mesero, te observo, lees con detenimiento la carta que nos dejan, tu piel es tan tersa, tu cabello divertido te estorba, lo pasas una y otra vez detrás de tu oreja, te apenas, decides explicarme la diferencia entre tisana y té. Mi calma termina cuando por error al enseñarme algo, rozo tu mano, el corazón se me sale del pecho, mi vista se nubla, escucho tu voz tan lejos que pienso que he desaparecido, respiro despacio, sigues frente a mi, tan hermosa. Me reciben tus labios y tu nariz y tus mejillas perfectas, rosadas. Ordenamos, pides un té extravagante, yo pido un americano, la mente no me da para más. Esperamos en silencio, juego con la servilleta, tú pones en orden el florero, el contenedor de azúcar, el servilletero, nuestros ojos se encuentran, sonreímos, un suspiro se nos escapa en el mismo instante, me siento apenado, creo que te aburres, no sé qué decir, no sé qué platicar, por fin te pregunto si has ido al cine, me respondes que no acostumbras ir, pero que te gusta leer y mencionas un autor que nunca he escuchado, me siento tonto, prometes prestarme un libro que aseguras me encantará. Llegan las bebidas, doy un sorbo sin pensarlo, el líquido me quema los labios, la lengua, me quema todo hasta llegar al estómago, intento que no te des cuenta, me lloran los ojos, me miras agobiada. ¿Estás bien? me ofreces un poco de agua, me extiendes una servilleta, tu amabilidad me conmueve, te preocupo. Tomas con delicadeza la taza, la llevas con maestría hasta tu boca, das un pequeño trago, tomas la servilleta y limpias tus labios, dejas la taza, volteas a verme, siento un calor que sube por mi pecho y llega hasta mi rostro, es el café, estoy seguro, es el café que quema mis entrañas y busca salir por mis ojos. Eres tan bella. Nuestras tazas vacías piden ser llenadas, te pregunto si deseas pedir algo más, no quieres, te propongo salir a caminar, hay un parque frente a la cafetería, aceptas. Pago, te pones de pie, caminas, miro tu espalda, tu cabello, admiro tu caminar etéreo, decido alcanzarte antes de que te esfumes.
Los árboles de copas altas rodean nuestros pasos, tu rostro se alegra al descubrir una flor amarilla, me la muestras, me acerco, me gusta como mueves las manos al hablar, me explicas que de esas mismas había en el patio de la casa de tu abuela donde pasaste muchas tardes. te tengo cerca y percibo tu perfume, me lleno los pulmones de tu aroma, seguimos caminando, miro tu mano balancearse, noto que de reojo me miras, sonríes, quiero tocarte, me acerco un poco más, respiro profundo, extiendo mi mano y toco la tuya con el dedo meñique, te paras de golpe, inmóvil lo aceptas, te giras despacio, nuestra respiración acelerada tiene el mismo ritmo, das un paso hacia mí, yo doy uno hacia ti, llevo mis manos a tu cintura, tu llevas las tuyas a mis hombros, me acerco un poco, haces lo mismo, respiro tu aliento, siento tu cuerpo frágil, trémulo entre mis brazos, te acerco a mi, te acurrucas en mi pecho, levantas el rostro y sonríes.
Mamihlapinatapai…
Mamihlapinatapai...
Tus ojos me miran inquietos, mueves las manos a tus piernas y de regreso a la mesa, abres tu bolsa, buscas algo que nunca encuentras, sonríes, me miras impaciente, yo permanezco con ésta sonrisa tonta que tengo cuando estás frente a mí, las palabras se me atoran en la lengua, apenas consigo preguntarte si quieres algo de beber, asientes y llamo al mesero, te observo, lees con detenimiento la carta que nos dejan, tu piel es tan tersa, tu cabello divertido te estorba, lo pasas una y otra vez detrás de tu oreja, te apenas, decides explicarme la diferencia entre tisana y té. Mi calma termina cuando por error al enseñarme algo, rozo tu mano, el corazón se me sale del pecho, mi vista se nubla, escucho tu voz tan lejos que pienso que he desaparecido, respiro despacio, sigues frente a mi, tan hermosa. Me reciben tus labios y tu nariz y tus mejillas perfectas, rosadas. Ordenamos, pides un té extravagante, yo pido un americano, la mente no me da para más. Esperamos en silencio, juego con la servilleta, tú pones en orden el florero, el contenedor de azúcar, el servilletero, nuestros ojos se encuentran, sonreímos, un suspiro se nos escapa en el mismo instante, me siento apenado, creo que te aburres, no sé qué decir, no sé qué platicar, por fin te pregunto si has ido al cine, me respondes que no acostumbras ir, pero que te gusta leer y mencionas un autor que nunca he escuchado, me siento tonto, prometes prestarme un libro que aseguras me encantará. Llegan las bebidas, doy un sorbo sin pensarlo, el líquido me quema los labios, la lengua, me quema todo hasta llegar al estómago, intento que no te des cuenta, me lloran los ojos, me miras agobiada. ¿Estás bien? me ofreces un poco de agua, me extiendes una servilleta, tu amabilidad me conmueve, te preocupo. Tomas con delicadeza la taza, la llevas con maestría hasta tu boca, das un pequeño trago, tomas la servilleta y limpias tus labios, dejas la taza, volteas a verme, siento un calor que sube por mi pecho y llega hasta mi rostro, es el café, estoy seguro, es el café que quema mis entrañas y busca salir por mis ojos. Eres tan bella. Nuestras tazas vacías piden ser llenadas, te pregunto si deseas pedir algo más, no quieres, te propongo salir a caminar, hay un parque frente a la cafetería, aceptas. Pago, te pones de pie, caminas, miro tu espalda, tu cabello, admiro tu caminar etéreo, decido alcanzarte antes de que te esfumes.
Los árboles de copas altas rodean nuestros pasos, tu rostro se alegra al descubrir una flor amarilla, me la muestras, me acerco, me gusta como mueves las manos al hablar, me explicas que de esas mismas había en el patio de la casa de tu abuela donde pasaste muchas tardes. te tengo cerca y percibo tu perfume, me lleno los pulmones de tu aroma, seguimos caminando, miro tu mano balancearse, noto que de reojo me miras, sonríes, quiero tocarte, me acerco un poco más, respiro profundo, extiendo mi mano y toco la tuya con el dedo meñique, te paras de golpe, inmóvil lo aceptas, te giras despacio, nuestra respiración acelerada tiene el mismo ritmo, das un paso hacia mí, yo doy uno hacia ti, llevo mis manos a tu cintura, tu llevas las tuyas a mis hombros, me acerco un poco, haces lo mismo, respiro tu aliento, siento tu cuerpo frágil, trémulo entre mis brazos, te acerco a mi, te acurrucas en mi pecho, levantas el rostro y sonríes.
Mamihlapinatapai…
Nancy Cruz Fuentes
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**Por si les interesa el significado de la palabra https://es.wikipedia.org/wiki/Mamihlapinatapai
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