La verdad es que no sé jugar a medias...



La verdad es que no sé jugar a medias,
no sé entregarme en partes,
no sé andar con cautela.
Por eso mis paredes son altas,
robustas e infranqueables.

Sin embargo, 
a veces claudico,
a veces bajo la guardia,
a veces una mirada como la tuya
logra que abra la puerta
y extienda los brazos,
logra que los obstáculos desaparezcan,
 me quito la coraza,
me muestro desnuda,
me acerco sincera,
porque no hay otro modo de hacerlo
más que cerrando lo ojos
y lanzándose al vacío,
a lo otro.

Entonces mi corazón palpita
y mis manos tiemblan,
mi voz sonriente, habla,
mi cuerpo dispuesto, brilla.

Pero siempre
el miedo llega,
el silencio llega,
el olvido llega,
las manos se sueltan,
la soledad se dibuja
y se cierra la puerta.


Mis piernas se doblan sin fuerza,
el dolor me ahoga punzante,
 los muros se yerguen más altos.

y ahí estoy,
otra vez recogiendo pedazos,
pegándolos con cinta,
abrazando a mi corazón,
secando sus lágrimas,
prometiéndole que no volverá a pasar.

Decido tapiar las puertas y las ventanas
 me reprocho,
 me culpo,
pero es que no sé entregarme en partes,
ni jugar a medias.



Nancy Cruz Fuentes

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