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Mostrando entradas de mayo, 2018

Estás a mi lado

Estás a mi lado, recostado, satisfecho, recobras el aliento, miras hacia la ventana como buscando algo, acaricio tu mano y volteas despacio, recorres mi espalda con tus dedos, me abrazas un poco. Me acerco para besarte, te apresuras, te detengo… te beso despacio, conozco cada parte de tus labios, cada parte de tu lengua, me trago tu aliento, tu saliva, eres parte de mi. Me acerco para sentir lo tibio de tu pecho, juntas mi torso contra el tuyo, el roce de mis senos te excita, me besas el cuello, aprietas mis nalgas, lames mis pezones sin cuidado, te agitas, quieres estar dentro, me subo en ti y bajo despacio, una, dos, tres veces, te sujetas a mis muslos, a mi cadera, me jalas para besarme, no quiero, te alejo y continúo el movimiento, me gusta hacerlo así, sin interrupciones, sin besos, sin palabras. Me abrazas para hacerme girar y quedar arriba, sostienes mis piernas y entras fuerte como si quisieras llegar a donde nadie más lo hubiera hecho, un gemido se te escapa, te observo: me...

Nadie

Miras a todos lados, el silencio te abruma. No sabes estar solo, buscas compañía en tu teléfono, tienes a la mano un sin fin de personas en la misma situación. No te consuela, avientas el aparato aunque sabes que quizá más tarde te arrepientas, firmaste un contrato por dos años, si haces cuentas recordarás que te faltan ocho meses y diecisiete días, no puedes darte el lujo de romperlo. Evitas pensar en ello, caminas por el departamento obscuro que te recibe cada noche: la misma mesa, la misma ventana, la misma lámpara con el foco fundido que nunca recuerdas cambiar, las mismas latas vacías de cerveza que dejas por uno y otro lado. No es que seas alcohólico, nadie vería mal que un hombre joven como tú tome de vez en cuando o cada noche, una o varias cervezas. Es miércoles, la señora que hace el aseo irá hasta el viernes, qué más da, nadie nunca te visita. Bueno, de vez en cuando llevas a alguna amiga, pero siempre en sábado, así que luces como el sujeto ordenado y limpio. No lo eres, ...

Anatema

Esto es sólo un reflejo de lo que en verdad soy, un instante detenido y elongado al infinito, un fragmento de mi totalidad. Soy un fractal sin tiempo, me repito continuamente, destino irreparable e inamovible, soy mi condena. Soy. Soy el espejo del mundo, mis ojos llorosos gritan lágrimas interminables que surcan mi rostro, que lo horadan, borran todo, caen trémulas y se rompen: <esquirlas de la humanidad> Ineludible el fin, ineludible el principio. La nada se atraganta con mi carne, me destruye y posibilita. Soy el caos soy y no soy miserable dios, anatema perpetuo. Nancy Cruz Fuentes Esta obra está protegida por derechos de autor. Copyrigth  ©  2018 todos los derechos reservados

La vida sigue

Sabes que hoy comenzará todo igual, suena el despertador a las 5:30, lo apagas y esperas adormilada a que suene la segunda alarma, 5:45, no tienes opción, te resbalas de la cama, las cobijas te abrazan, tú a ellas, por fin un poco de responsabilidad se te cruza por la mente y te obligas a salir, arrastras los pies hasta el baño, abres la llave de la regadera, te desnudas, odias que cada mañana tengas deseos de orinar, es  horrible tener que sentarte en el mueble frío, a esta hora siempre deseas tener pene, en algún lugar leíste de un artefacto que logra que las mujeres orinen de pie, te da risa, intentas imaginar situaciones en las que podrías necesitarlo, son nulas, aunque si lo encontraras en algún aparador seguramente lo comprarías, todo por ya no tener que sentir la taza del baño en las mañanas. Te sientas, te congelas, te apresuras, te limpias, te levantas y bajas la palanca. El siguiente reto, meterte a bañar, el vapor ha invadido todo el cuarto de baño, piensas cuanta gent...